Tunja, 28 de junio de 2016. (OPGB). Bajo una carpa blanca un grupo de payeros y vecinos se resguardaban del sol de medio día. Allí estaba el gobernador Carlos Andrés Amaya Rodríguez en medio del lancero Rozo Sánchez y la valiente Simona Amaya, integrantes del desfile oficial local, recordando que aquel territorio pronto llegará al aniversario número 200 de la independencia de su nación.
“Sé que he asumido un enorme compromiso con mis paisanos, por quienes trabajamos con profundo cariño. (…) Un día imaginé que esto sería posible y lo fue. Luché como ahora lo sigo haciendo por las causas justas y en defensa de mis ideales con honor, pasión y convicción. Hoy el hijo de un trabajador de Paz de Río por más de 37 años, está frente a ustedes para asegurarles que nada es imposible para quien cree; que ustedes y yo vamos a sacar adelante a Paya, la Provincia de La Libertad y todo el Departamento”, sostuvo el Gobernador mientras la gente, bajo la carpa, le escuchaba con atención y veía sin parpadear.
El territorio payero aparece entre la majestuosidad de la Cordillera Oriental antes de llegar a Casanare. Desde Tunja el recorrido es de 104,99 km, es decir cerca de 7 horas. Al pueblo de 14 cuadras y pequeñas casas de techo de zinc, lo rodean arbustos y bosques de un verde intenso, vivo y fresco, poco frecuente en el centro de Boyacá. Su riqueza natural es invaluable y su apuesta por dar a conocerla está sujeta a un alto sentido de apropiación y preservación por parte su gente.
Aquella es una comunidad consciente de lo que tiene, de su historia y del futuro que quiere construir. Allí todos saben qué sucedió el Las Termópilas el 27 de junio de 1819. Saben y cuentan con orgullo que en su tierra Bolívar, Santander, Anzoátegui y sus descendientes, pelearon con coraje por primera vez en la Nueva Granada, contra el ejército español y lo vencieron. Con esa victoria, en Paya empezó la creación de la República de Colombia.
Después de compartir con habitantes de Paya, Pisba, Pajarito y Labranzagrande, hombres y mujeres de botas, sombrero y poncho, de mochila cruzada y machete en funda de cuero para abrirse camino en el monte, no queda duda que en La Libertad persiste el entusiasmo por el futuro y más que eso, por ser parte del desarrollo con todas las potencialidades que campean; por progresar a partir de una sólida economía ganadera y agrícola.
Cuando el Gobernador de Boyacá, en medio de su discurso pronunció la frase: “La esperanza son ustedes mismos”, invitó a los presentes en la conmemoración de la Batalla de Las Termópilas, a volver al convite por un objetivo de común beneficio: la carretera Pisba-Paya–Labranzagrande, precisamente el mayor anhelo de los habitantes de La Libertad.
Teniendo en cuenta que esta vía está incluida en el plan de inversiones para el Bicentenario, será una realidad. Los campesinos de La Libertad tendrán un óptimo canal de comunicación y comercialización. (Fin/ Deisy A. Rodríguez Lagos).
Oficina Asesora de Comunicaciones y Protocolo
Gobernación de Boyacá.