En el Día de la Inocuidad de los Alimentos se busca prevenir riesgos de enfermedad y muerte por alimentos contaminados.
Tunja, 06 de junio de 2019. (UACP). Pilas con los alimentos, con las carnes, con las fechas de vencimiento, dónde compra y con lo que consume, hacen parte de la estrategia de comunicaciones de la Secretaría de Salud de Boyacá, con la que se ha venido sensibilizando a vendedores, compradores y consumidores sobre su responsabilidad a la hora de tomar decisiones en materia de alimentos.
En el primer Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos que se realiza a nivel mundial, este 7 de junio, con el lema ´la inocuidad es asunto de todos’, se pretende generar conciencia colectiva para evitar los riesgos de contaminación alimentaria en toda la cadena y prevenir afectaciones a la salud pública.
Según el secretario de Salud, Germán Francisco Pertuz González, los alimentos contaminados con bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas perjudiciales causan más de 200 enfermedades.
“Todos tenemos derecho a disfrutar de alimentos seguros e inocuos, es decir que no representen riesgo de enfermedad o muerte, al ser contaminados en su producción, cosecha, procesamiento, almacenamiento, distribución, preparación o consumo, con virus, bacterias, parásitos o químicos nocivos, que la mayoría de veces son invisibles para la gente, y que pueden generan más de 200 enfermedades, entre una diarrea, hasta el cáncer”, manifestó Pertuz.
Según la OMS, una de cada 10 personas se enferma luego de consumir un alimento contaminado, producto de malas prácticas en alguna de las etapas de la cadena alimentaria, lo cual constituye un problema de salud pública en la medida en que estas enfermedades pueden complicar, e incluso cobrar vidas, de las poblaciones más vulnerables, como los niños, gestantes y adultos mayores, especialmente aquellos en condición de pobreza.
Para la directora de Promoción y Prevención, Mónica María Londoño Forero, fomentar la inocuidad alimentaria ha sido el objetivo fundamental de las acciones de inspección, vigilancia y control sobre los factores de riesgo del ambiente y el consumo en su condición de autoridad sanitaria para los más de 14.000 establecimientos del Departamento, en los que se almacenan, preparan, sirven, transportan o manipulan alimentos, por su alta incidencia en la salud colectiva.
“Los alimentos son inherentes a la vida, de ahí la importancia de empoderar a todas las personas sobre la responsabilidad que tienen frente a su manipulación, compra, venta y consumo; es por esto que nuestra estrategia de comunicaciones va mucho más allá de dirigirnos a aquellos establecimientos que son vigilados por la Secretaría de Salud y que deben cumplir con los requisitos mínimos sanitarios para comercializar, transportar, servir, almacenar o preparar cualquier alimento”, indicó Londoño.
Agregó que son las amas de casa, las empleadas domésticas, los establecimientos donde se suministra comida a turistas, estudiantes, adultos mayores y niños; población privada de la libertad, fuerzas armadas, etc; los que deben ser conscientes de que esas vidas están en sus manos y que los alimentos que consumen, aportarán a su bienestar, solo sin son seguros y han sido manipulados con la higiene y en las condiciones necesarias para no ser contaminados.
“Prácticas tan sencillas y económicas como el correcto lavado de manos, evita la presencia de heces fecales animales y humanas, la transmisión de enfermedades por alimentos contaminados con virus y bacterias como la salmonella, el pito que transmite el chagas”, expresó la directora de Salud Pública.
Así mismo un plan de control de plagas como las cucarachas y roedores previenen enfermedades transmitidas por su orina, vómito o heces. Un adecuado tratamiento del agua con el lavado y desinfección de tanques, así como el adecuado manejo de residuos contribuyen a la inocuidad alimentaria.
Para el Ingeniero Oscar Iván Carrillo, profesional del Programa de Alimentos, los procesos de aseo y desinfección de utensilios y equipos, el acceso a unidades sanitarias, la indumentaria y una valoración médica que dé cuenta del estado de salud y la aptitud para preparar, servir o manipular alimentos, son fundamentales para garantizar inocuidad.
“Todos deberíamos saber manipular alimentos en condiciones higiénicas mínimas para evitar el peligro de contaminarlos y con ello enfermarnos, explicó Carrillo, quien agregó que toda persona que desee comercializar alimentos, debe certificarse en manipulación de los mismos y cada empleador es responsable de garantizar que su talento humano cumpla con este requisito, curso que debe ser certificado por una empresa autorizada por la Secretaría de Salud de Boyacá. (Fin/Elsy E. Sarmiento Rincón - Prensa Secretaría de Salud – (UACP).
Unidad Administrativa de Comunicaciones y Protocolo
Gobernación de Boyacá.