El primer gobernador republicano de la Provincia de Tunja fue Don Domingo Acero, nombrado por el Libertador Simón Bolívar el 6 de agosto de 1819, considerado el gobernador político y como gobernador militar fue el Coronel Bartolomé Salom.
El 10 de septiembre de 1819 fue nombrado Don Manuel Joaquín Ramírez, nuevo gobernador político, quien gobernó hasta el 31 de diciembre de 1821 cuando se inicio el periodo de los Intendentes.
El 26 de diciembre de 1819 fue nombrado nuevo gobernador militar de la Provincia de Tunja, el Teniente CoronelJosé María Ortega, quien ejerció su mandato hasta finalizar el año 1821.
La Constitución de Cúcuta de 1821 (artículo 8) dividió la República de Colombia en Departamentos; los Departamentos en Provincias, las Provincias en Cantones y los Cantones en Parroquias.
El mando político de los Departamentos fue asignado a los intendentes, nombrados por el Presidente de la República. Con fundamento en lo anterior, el departamento de Boyacá fue creado con la aprobación y sanción de la Constitución de Cúcuta de 1821, en lo que era la Provincia de Tunja.
Se dividió el departamento de Boyacá en las provincias de Tunja, Socorro, Pamplona y Casanare. En el año 1822 fue nombrado el primer intendente del departamento de Boyacá, Pedro Fortoul.
Luego fueron nombrados Francisco Soto, Mariano Olano, Francisco José Cuevas, José Joaquín Gori, José Ignacio de Márquez, Antonio Román Ponce, Antonio Malo y otros. Los Gobernantes en Boyacá fueron Intendentes entre los años 1822 a 1828; Prefectos de 1829 a 1832; Gobernadores de 1832 a 1857; del Estado de Boyacá fueron Presidentes de Estado desde 1857 hasta 1885.
Del departamento de Boyacá, han sido llamados gobernadores a partir de 1886. Desde la Constitución Nacional de 1886, los gobernadores de Boyacá fueron nombrados directamente por el Presidente de la República.
Los Gobernadores, a su vez nombraban directamente a los alcaldes municipales. La Constitución Política de Colombia de 1991 decidió la elección de Gobernadores por votación popular, a partir de 1992.
Texto extraido de: La Identidad de Boyacá, Javier Ocampo López